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Tengo las balas, pero no el arma

Luego de aproximadamente cuarenta minutos en carretera, un pago de dos soles (al mismísimo estilo de un peaje) y más de 20 minutos en una trocha cubierta provisionalmente de hormigón, sin el cual la arcilla rojiza de su estado natural haría del camino un lodazal de tránsito imposible, llegamos al apartado puesto de salud Nueva Tunuya.


Al exterior del puesto de salud nos encontramos con María Elena. Ella era una joven madre que tenía dos hijos, uno de seis meses y el otro de tres años. Había llevado al primero a su control de crecimiento y desarrollo.

- ¿Le hiciste su evaluación de hemoglobina? - Le pregunto.

- No - me dijo.

- ¿Por qué? - Le replico.

- Porque en el puesto de salud no lo hacen y para que se lo hagan tengo que ir al Centro de Salud de Campo Verde - me responde con una mirada escondida, quizás con la esperanza de no recibir más preguntas sobre el tema.

El Centro de Salud de Campo Verde se encuentra a más de media hora de camino del Puesto de Salud Nueva Tunuya, para llegar a dicho establecimiento se requiere atravesar el camino antes descrito y existen pocas unidades que realizan el servicio de mototaxi. Además de lo limitado del tránsito en la zona, el costo por viaje de ida y vuelta es de 14 soles, fuera de los costos de atenciones u otros; es decir, son más de catorce soles para que un niño pueda realizarse una simple evaluación de hemoglobina.


Amigo lector, en una comunidad rural de la selva, catorce soles es casi todo el presupuesto para cubrir sus necesidades básicas de una familia, y ello en un buen día. Hay que admitir que lo más probable es que este niño, como la gran mayoría de los niños de esta comunidad, difícilmente alcance a realizar su control de crecimiento y desarrollo.


Dentro del puesto de salud nos atiende un personal técnico de enfermería, dicho personal es el que actualmente se encuentra a cargo del establecimiento. Nos comenta que en el puesto de salud solamente atienden dos personas y que tienen una población asignada de 745 personas. Se le comenta la conversación que se sostuvo al exterior del establecimiento con la señora María Elena. Dibujó una leve sonrisa en su rostro.


- Tenemos lancetas y micro cubetas, pero no tenemos hemoglobinómetro; es como si a un policía le dieran solamente las balas y no el arma – nos dijo con un tanto de resignación y enojo.


Las lancetas y micro cubetas son los insumos utilizados para la extracción y recolección de sangre en los niños. Todo ello antes de utilizar el hemoglobinómetro para la medición y estimar la concentración de hemoglobina en sangre, de esta forma determinar si el niño tiene anemia o no.


¿Cuántos puestos de salud con una historia similar a la de Nueva Tunuya habrá en todo el territorio Peruano? ¿Es posible que en alguno tengan las armas, pero no las balas? ¿Cuántos no tendrán ninguna de los dos?


No hace mucho se ha aprobado el Plan Nacional de Reducción de la Anemia 2017 – 2021. En el mencionado plan se detalla que todos los niños y niñas menores de tres años, que reciben suplementación con multimicronutrientes (en teoría todos los niños menores de tres años, ya que todos ellos deben recibir los multimicronutrientes) deben tener tres evaluaciones de hemoglobina antes de los seis meses de iniciado el tratamiento ¿Realmente cuántos puestos de salud cuentan con el personal capacitado para afrontar el reto que proyecta el Plan Nacional de Reducción de la Anemia 2017 – 2021? ¿Cuántos puestos de salud no podrán cubrir sus metas por no contar con el equipamiento necesario, como sucede en Nueva Tunuya? ¿Cuántas madres, como la de esta historia, tendrán que sacrificar el ingreso familiar diario, para poder garantizar que su niño o niña tenga las evaluaciones requeridas?

Carlos Ruiz


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